viernes, 31 de julio de 2015

LUNA LLENA EN ACUARIO DEL MES DE LEO

A 7:56 grados de ACUARIO.
Viernes 31 de julio, a las 7:44  AM en Buenos Aires (10:44 GMT)


La energía de Leo torna creadora a la forma. Con audacia y valentía, se hace cargo de los efectos de su irradiación.

Sol naciente en el Río de la Plata, por Sebastián Koltan

Leo es el segundo fuego del zodíaco. Estamos ante una lunación fuerte, contundente, como cada vez que se manifiestan los polos de este eje: Leo-Acuario. Por ello quiero arrancar con algunas precisiones que me parecen ineludibles.

En los primeros párrafos de lo que sigue -después de las líneas de puntos- y como lo hago cada mes, mi estilo de escritura siempre intenta responder a una vibración incluyente, sin necesidad de polarizaciones o debates salvo los inevitables puntos de vista disímiles respecto de la tradición que aquí usualmente comparto, ligada a las propuestas de Alice Bailey y el Maestro Tibetano.

Pero cuando más abajo, o en los links que en los días siguientes ofreceré como complemento, me refiera a temas de astrología "mundana", término antiguo que remite a la relación entre astrología y política, el estilo conscientemente cambiará. Eso hago también habitualmente en mis artículos sobre la Carta de la Argentina o cuando abordo astrológicamente distintos temas de la actualidad, del país o del mundo. En este nivel -las descripciones del mundo político, social, cultural- las polarizaciones reconocidas como tales y no disimuladas son debates necesarios, en particular en determinados momentos de cada país y región. Se trata del buen Marte que permita al Sol sostener su irradiación. Marte pelea, combate, debate pero necesita hacerlo con frontalidad y fair play. Nada más temible para esta energía que contrincantes neblinosos o que se enconden y escapan, como veremos luego en el mito del Leon de Nemea (trabajo leonino de Hércules).

El problema es mezclar y confundir estos niveles y por ejemplo escribir sobre la carta de la Argentina o analizar cartas de políticos o personajes controvertidos, en un estilo de omni-comprensión que pretende escamotear la visible e inevitable opción previa por un polo o por el otro. Ese ocultamiento y negativa al debate frontal, cuando se trata de escritos sobre astrología y política, genera mucha violencia porque ya sabemos: nada hay más alterador que las modalidades agresivo-pasivas y las imposturas arquetípicas de quien "tira la piedra y esconde la mano". Lo opuesto total a la maravillosa y valiente irradiación de esta fase del zodíaco. Desde la Luna Nueva hasta hoy, en la segunda mitad de julio de 2015, hubo en el mundo, en el país y también en las pequeñas zonas donde algunos de nosotros vivimos y compartimos, una profusión de escenas e intercambios con estas características. Entiendo que pueden ser excelentes maneras para entrenar la fase de fuego irradiante que ahora está en nuestro presente y por eso las mencionaré más adelante.

Leo nos pide, en su nivel irradiante y maduro, no temer poner en luz nuestras opciones. Animarnos a combatir por ellas, como Hércules cuyos trabajos seguimos siempre en este camino de la individuación. Nada más penoso para esta hermosa y noble energía que el miedo y la confusión mental, rubros que cuando anidan de la mano achican y empobrecen tristemente nuestros dones.
------------------------------------------------------------------

Cuando una Estrella es un Sol
Así como Aries es impulso puro, pura energía en manifestación, Leo es también una salida irradiante pero ésta proviene ahora de una forma anterior, clara y distinguible. Leo es creación localizada porque tiene lugar a partir de una forma -canceriana previa- y es precisamente su estabilidad la que posibilita la manifestación de una diferencia estable. Esto es el Sol, esto es una estrella: una diferencia creadora e irradiante. Un fuego localizado que permite generar formas. “Estar ahí, en el centro, para irradiar”, es lo que hace un Sol dentro de un sistema.

Ahora bien: Leo necesita confirmaciones a su propio centro y, en este sentido, veremos luego que -como psicología- Leo representa una estructura muy centrada en sí misma. Centrarse y expresarse serán entonces dos características básicas de la energía de Leo.

Pero esta diferencia estable y generadora origina además otro rasgo propio del signo: la vivencia de creación, la “conciencia de la forma” de estar emergiendo como una entidad nueva. Por ello, desde el punto de vista psicológico, éste es el signo del individuo. Es la fase en la cual la forma humana adquiere conciencia de sí y es por primera vez consciente de estarse expresando. En Leo la creatividad significa algo muy humano; es el hecho de apropiarse de la “sensación de creación”. La potencia creadora se siente en el interior de la forma, se convierte en una constante y desde allí se exterioriza.

En la percepción pitagórica el hombre -considerado divino en tanto es una pequeña forma que co-crea con la Creación- aparece representado como el pentagrama creador. Es probable que este símbolo, además, haya estado presente en las primeras indagaciones humanas acerca de la relación entre el número y la música. *

Los Trabajos de Hércules: matando al León de Nemea

Hércules no tenía idea del trabajo que tenía por delante, nos dice Alice Bailey en “Los Trabajos de Hércules” **. Su heroísmo iba a ser puesto a prueba de manera radical, y por eso se le ordenó que se armara hasta los dientes. Hasta que escuchó el mensaje: “aunque no lo hayas escuchado hasta ahora, muchas voces te están convocando, Hércules, pidiendo que te arriesgues, porque la gente de Nemea necesita tu ayuda. Las noticias de tus proezas se han hecho públicas y por eso ellos piden que seas tú quien mate al León que devasta su región”.

Los rugidos del León salvaje eran espantosos. Hércules escuchó y actuó. Dejó caer sus armas pesadas de guerra y sólo retuvo el garrote que él mismo había tallado y su arco y flechas, porque así su corazón valiente se sentiría más libre y ligero. Y se dedicó a buscar al León por toda Nemea, ante la mirada admirativa de sus habitantes, que le preguntaban por qué no venía con sus armas de guerra y sólo contaba con su garrote. Pero Hércules no contestaba a sus temores, y seguía en su búsqueda del León, siguiendo sus huellas.

Después de días y noches de búsqueda, vio de repente al León, quien rugió furibundo. Hércules intentó atravesarlo con sus flechas, pero ninguna de éstas dio en el blanco. Cuando el León ya se abalanzaba, un impulso increíble lo llevó a lanzarse sobre él con un alarido salvaje. El León, no acostumbrado a este gesto por parte de ningún humano, dio media vuelta y corrió, desapareciendo entre las montañas. Hércules lo siguió, empuñando sólo su garrote, sintiendo que el León escapaba de él y entretanto daba voces a los habitantes de Nemea: “ved, el León está aquí, pronto lo venceré y verán mi hazaña”. Pero el León se seguía ocultando a su vista. Hasta que oyó el rugido a sus espaldas y se dio cuenta que sus armas no le servían, porque la cueva tenía dos aberturas y el León entraba y salía de ellas.

Vio entonces un montón de leños y decidió tapar una de las aberturas, decidiendo encerrarse en la cueva hasta esperar que el León volviera a entrar. Cuando éste entró, Hércules lo tomó con sus manos y lo ahogó, sintiendo en su rostro el estruendo y el resoplido de la bestia, que se fue debilitando hasta morir. Y así fue como Hércules mató al León de Nemea con sus propias manos. Lo despojó de su piel y la mostró a los pobladores, que lo vitorearon.

Este es el trabajo más conocido de Hércules. El León simboliza esotéricamente la irritabilidad del “aspirante” que si bien está aprendiendo a coordinar su triple vehículo mental, emocional y físico, a menudo puede volverse agresivo, auto-confiado en exceso y terminar siendo una personalidad devastadora en el mundo de todos los días. 

Por eso el “León de Judá” necesita matar al León de la Personalidad pero esto sólo ocurrirá si previamente ha desarrollado lo suficiente su individualidad: y esto implica la valentía de salir y mostrar su fuego, "animarse al riesgo del combate". Si el León rugiente acepta la pelea frontal, el héroe se abocará a "matar" un aspecto sombrío de su propio ego proyectado fuera de sí. Pero si el León se esconde en la cueva, si se hace esquivo y no presenta batalla frontal, el héroe tendrá que retornar impotente ante quien ha sido su gran agente protector hasta este momento. 

La cueva con dos aberturas, simboliza para el esoterismo la dual configuración de la glándula pituitaria, alojada y protegida por nuestro cráneo. Sólo bloqueando la “abertura de las emociones personales” –la parte denominada post/pituitaria- desechando incluso su seguro garrote, rehusando seguir con una vida personal empequeñecida, egoísta e ilusoria, y entrando sólo por la abertura de la ante/pituitaria, pudo Hércules someter al León de la personalidad, en la cueva. “Una sorprendente correlación entre las verdades biológicas y las espirituales”, nos recuerda Alice Bailey  **

La Luna Llena del mes de Leo: la posibilidad de ser tocados por el  Espíritu del Sol.

Como el arranque del ciclo de lunación se dio a 23 de Cáncer, el 16 de julio, ésta es una buena oportunidad para recordar todos los eventos -en el Cielo y en la Tierra- que se fueron precipitando desde mediados del mes de julio, poco antes de dicha Luna Nueva en Cáncer.
Sobre todo teniendo en cuenta el poderoso aspecto de oposicion partil (exacto) de esos días entre Marte y Mercurio (ambos a 14 de Cáncer) con Plutón (a 14 de Capricornio). Sobre esta etapa hay mucho para meditar y entiendo que es un material que está presente en esta Luna Llena de Acuario, por el motivo antes mencionado. Agregaré algunas reflexiones al respecto en los días que siguen.

Desde la astrología esotérica Leo tiene relación directa con nuestro Sol astronómico pero también -y éstos son los términos que se utilizan- "con el corazón del Sol y con el espíritu del Sol". Por eso se dice dentro de esa tradición, que la energía de Leo nos insta a acercarnos más a nuestro yo esencial y nos ayuda a vencer las identificaciones ciegas con los mundos físico, emocional y mental. En una primera etapa, hace que estos tres vehículos de la personalidad (el cuerpo, las emociones y la mente) se integren. En una segunda etapa, hace que estas energías sintetizadas se aúnen amorosamente (en el alma de nuestro ser). En una tercera etapa, esa alma entra a vibrar con otras almas, armándose la red viva de las almas, integrada por individualidades purificadas y transmutadas. 

Durante la Luna Llena en Acuario, siguiendo esta mirada, los meditadores confían que es posible recibir una carga en nuestro “átomo astral permanente”  que puede causar una nueva orientación y una nueva voluntad de realización.

La síntesis del fuego de Leo, espejada en Acuario

La energía de Leo se sintetiza creando sensibilidad dentro de las unidades de los grupos y redes. Estas unidades así sensibilizadas van formando unidades cada vez más vastas, las famosas redes acuarianas, hasta que todas las unidades se sintetizan en una sola totalidad. En este proceso, las unidades atraviesan un proceso de conflicto, renunciamiento, adaptación. Y a su tiempo se funden en los intereses de la red más vasta.

Pero el proceso de síntesis no es fácil. Es un proceso doloroso y teñido del riesgo del auto-engaño y la infatuación -detrimento leonino- o de creernos ya superados y capaces de mirar la realidad desde instancias globales, libres de ataduras sombrías y superadoras -detrimento acuariano. Es bueno mirar en cada una de nuestras cartas dónde tenemos ese eje leonino-acuariano para poder meditar sobre el tema y ver qué puede iluminar esta Luna Llena al respecto.

El lugar individual donde cada solaridad irradia es el punto de partida e implica un ángulo de mira particular. Negarse a reconocerlo como tal es el síntoma más flagrante del ego inmaduro. Tratándose de astrólogos, creernos elegidos para comunicar directamente "desde lo que las estrellas piden o exigen" y arrastrar a otros psiquismos anhelantes de un camino "sencillito y rápido" para el amor universal, es todavía mucho más grave y penoso.

Entiendo y acepto que por lo general no hay clara conciencia de estos abusos o mistificaciones, salvo casos extremos psicopáticos que por suerte no abundan por lo menos en los ámbitos que yo conozco. Lo que sí es profuso y resulta cada vez más presente en nuestros medios es la ilusión de la mirada omni-abarcante. "Soy astrólog@ y puedo traducirte lo que las estrellas quieren de nosotros". Claro: esto casualmente coincide con los anhelos, prejuicios y parcialidades -no reconocidas como tales- de este tipo de "lectores de las estrellas".

Distinto es partir del reconocimiento de ese lugar, particular y parcial, desde donde cada uno irradia lo suyo, pero claro: aquí hay que animarse a ser frontales y salir al combate sin miedo, porque se trata del buen Marte guerrero que ayuda a la expresión de esa solaridad. Cuando hay inseguridad o confusión, la opción elegida es un simulacro, equivalente a confrontar al Leon de Nemea con mantrams de "paz y amor universal". 

La limpieza de estos miedos y confusiones nos lleva hacia la meta de Acuario, ángulo sobre el que la Luna de estos momentos se proyecta. Esta meta es el universalismo, o sea, la aptitud para ver los fenómenos diversos e incluso polarizados desde los distintos niveles que los expresan. Sólo así se irá gestando con el tiempo, quizá, ese anhelado "punto de vista del Yo único que habita en cada unidad, sin separarse". Así, es posible decir que el egoísmo, la envidia, los celos, el racismo, la xenofobia... son “paradas o estaciones” que conducen al desinterés y al universalismo.

Si el fuego de Leo se reconoce y espeja en el acuariano nivel del “alma de la red grupal”, produce gran alegría, porque se verifica que está ampliando los horizontes. Quizá ya haya en el planeta algunos psiquismos que empiezan a vibrar en un nivel más amplio e incluyente, personas entregadas al misterio de un orden que co-crea. Pero podemos tener por seguro que si esas almas existen, no pregonarán por ninguna vía -ni verbal ni escrita- su existencia. 

Quizá fue necesario que algunas de ellas así lo hicieran en la ya (casi) pretérita Era de Piscis, en la que el camino devocional abrió compuertas. Pero en la naciente Era de Acuario podríamos proponer -sólo como hipótesis- que esos estilos, gestos y tonos de investiduras "sutiles" y bastante solemnes ya no sólo no son necesarias sino que, además, obstaculizan la apertura y la auténtica fraternidad y circulación acuariana. 

No temamos a la fuerza de la irradiación solar y del sano combate marciano. Es el riesgo de encarnar, el desafío de reflejar y el reto de comprender aquello que nos incluye.

Bendiciones para tod@s
OW- Buenos Aires (CABA), 31 de julio de 2015

INVOCACIÓN UNIVERSAL
Los hijos de los hombres son uno solo y yo soy uno solo con ellos.
Busco amar, no odiar...
Busco servir, no exigir debido servicio...
Busco curar, no herir...
Que el dolor aporte debida recompensa de luz y amor
Que el alma controle a la forma externa, y a la vida y a todos los acontecimientos
Y revele el amor
Que subyace en los sucesos del tiempo.
Que lleguen la visión y la intuición
Que se revele el futuro
Que aparezca la unión y desaparezcan las divisiones externas
Que prevalezca el amor
Que todos los hombres amen...

Fuentes:
Sinfonía del Zodíaco, de Torkom Saraydarian., Bs.As., Kier, 1986
Los Trabajos de Hércules, de Alice Bailey, Madrid, Luis Cárcamo ed.,1983
Astrología y Mandala: el Zodíaco como pulso e impregnación, de Olga Weyne, Bs.As., Red LunaVenus, 2007.:



Notas:
* Se sabe que los pitagóricos asociaban las relaciones numéricas con la sucesión natural de sonidos de una escala musical. Una de las teorías más antiguas de la música es el "parentesco de quintas", atribuida a Pitágoras,  o sea, los sonidos situados a la distancia de una quinta dentro de la escala. (Cfr. A.P.Cavendish, “Los primeros filósofos griegos”, en  D.J. O’Connor, “Historia crítica de la filosofía occidental”, Paidós, 1967, T.I).

** Fuente: "Los trabajos de Hércules", de Alice Bailey. Para leer el texto completo y su interpretación, hacer clik en 
http://oweyne.blogspot.com.ar/2015/07/leo-los-trabajos-de-hercules.html