miércoles, 20 de abril de 2016

Macri y su sombra


por Juan Manuel Alessandro
-------------------------------------------------------------------------------
Excelente artículo (tomado del muro de Facebook de JMA)
Reproducción textual
-------------------------------------------------------------------------------
LA SOMBRA DEL PRESIDENTE

“La sombra no existe. Lo que tú llamas sombra, es la luz que no ves”, dijo alguna vez el periodista francés Henri Barbusse, quien también supo militar en el comunismo a comienzos del siglo XX. Tomando ese concepto, Mauricio Macri tiene una sombra que desde el 10 de Diciembre no ve: Cristina Fernández de Kirchner. Encandilado por los reflectores de TN, que eligieron iluminar en primerísimo primer plano sus ojos azules en lugar de contar la crisis social creciente, Macri no se percató de la sombra que crecía detrás suyo y que terminaría por opacarlo el 13 de Abril.

La tuvo siempre pegada a sus pies, pero los medios hegemónicos se ocuparon de no identificársela, de no alertar al presidente el hecho de que, en la medida en que avanza con su política social y económica, la sombra continúa creciendo hasta el punto de doblar en tamaño al mismísimo Macri.

El miércoles pasado “Volvió” Ella. Pasaron 126 días desde aquel 9 de Diciembre en el que Cristina Fernández de Kirchner, CFK para los enemigos, dejó el gobierno. Aquel día, el primero en el que se entonó “vamos a volver”, la expresidenta se fue por la puerta grande dando lo que hasta el 13 pasado había sido su último discurso ante una multitud. Desde entonces, no se había vuelto a ver semejante muchedumbre en las calles. Desde entonces, nadie le había vuelto a hablar a los trabajadores.

En el oficialismo y en los medios hegemónicos de comunicación todavía están masticando lo sucedido el miércoles 13. Tantas tapas de diarios llenas de odio y mentiras durante años comenzaron a quedar al descubierto. Ahora el kirchnerismo, y Cristina en particular, tienen la oportunidad de derribar varias falacias sostenidas como verdades por Clarín y compañía: la exmandataria está dispuesta a enfrentar a la Justicia, y el kirchnerismo es el movimiento con mayor convocatoria en las calles, aún sin la caja de Estado para financiar las movilizaciones.

Le será realmente difícil a Macri gobernar con la sombra creciente de Cristina. Una palabra de ella es reproducida por todos los medios de comunicación, mientras que el presidente optó por el silencio tras el escándalo de los Panama Papers. Enfadado por el debilitamiento de la imagen de Macri, el periodista oficialista Jorge Lanata dijo: “La política tiene algo que es elemental: el lugar que vos no ocupás, lo ocupa otro”. Habría que remarcarle a Jorge que esa verdad también aplica para él: el lugar del periodista crítico en el Prime Time de los domingos ahora lo ocupa Roberto Navarro.

Fuentes cercanas al presidente reconocieron en “off” la preocupación que tienen por la reaparición de Cristina. La exmandataria utilizó la misma estrategia que había utilizado el gobierno de Cambiemos para desviar el rumbo económico del país: en un “shock” mediático, el kirchnerismo pulverizó en tres días al mercenario “Partido Judicial”, y pasó a segundo plano la agenda que propone el Gobierno y para la que Clarín y La Nación disponen.

Las frías conferencias de prensa del Jefe de Gabinete Marcos Peña, y los dolorosos flashes informativos en los que el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, adelantaba penosas medidas de ajuste para los trabajadores quedaron en el pasado. La pantalla ahora muestra a Cristina bailando en balcones, a miles de personas coreando su nombre. Macri ya no baila, ya no sonríe y si no tuvo masas aclamándolo en su asunción, menos las tendrá cuatro meses después de castigar sin anestesia a la dignidad de las clases media y baja.

Cristina sabía perfectamente cuándo “volver”. Postergó su retorno para después del estallido de los Panama Papers y del impacto de los tarifaZZos. Demostró que no perdió sus cualidades estratégicas y que aún, fuera del gobierno, sigue día a día lo que “sucede” en el país. Y señalo “sucede” ya que en realidad debería decir: “Lo que hacen con el país”. Porque decir que lo que está aconteciendo solo “sucede” es comenzar a quitarle la responsabilidad a quienes están al frente del Estado. Sería, en ese caso, un cómplice más de la teoría de “la mano invisible del mercado”, que castiga siempre a los bolsillos tangibles de las personas visibles de carne y hueso que conforman una sociedad.

No se esperaban que el retorno de Cristina fuese tan importante para la opinión pública, pero debieron haberlo intuido. Su ausencia por meses y su silencio cómplice con la autodestrucción del relato de Cambiemos provocó algo que hasta antes del 10 de Diciembre parecía una utopía: quienes antes cambiaban de canal o apagaban el televisor cuando comenzaba una Cadena Nacional de “la yegua”, ahora buscan el canal que transmite lo que dice Cristina. Hacen zapping en busca de la cámara que mejor la capture. La quieren ver bien. Quieren oír atentamente lo que tiene para decir. La crítica de Cristina hacia el modelo de país encarado por Macri es mucho más relevante que la defensa que el presidente hace del mismo.

Ante este cambio en el comportamiento de la sociedad, los medios se deben adecuar para no perder televidentes, oyentes, o lectores. Por eso ahora Cristina habla y genera Cadenas Nacionales “blue”. Por eso Macri viaja a Salta en un claro gesto político para encarar un acto con el gobernador Juan Manuel Urtubey, y el acontecimiento tiene menos peso en los medios que en la realidad.

Macri sabe que con Cristina instalada en Buenos Aires, todo será distinto. Basta un reclamo de ella para que los medios, aún los afines al Gobierno, se hagan eco de la crítica. El oficialismo abusó de las denuncias truchas en sus días de oposición. Le ofrendó a Cristina no uno, sino varios “17 de Octubre” más en los que la expresidenta se podrá victimizar, convocar a las masas a que la respalden en sus citas con la Justicia, y volver a hablar en Cadenas Nacionales “blue” después de las comparecencias.

En La Noción ya hicimos mención en otros artículos acerca de los recursos descartables del stablishment nacional. Engolosinan a políticos, llenan de valor a jueces y fiscales, los empujan a que les den una tapa de diario acorde a sus intereses y después los dejan solos. Los usan y los desechan: eso hicieron con el extinguido Alberto Nisman, y eso volvieron a hacer con Claudio Bonadío. Fue un campeón que de un día para el otro quedó solo, y al borde del juicio político.

Mientras terminan de digerir el retorno de Cristina, Cambiemos deberá hacer algo, lo que sea, por la clase media. Al fin y al cabo, ese segmento uniforme fue el que consagró a Macri presidente y sigue esperando su recompensa. El adelanto del proyecto para aumentar el seguro de desempleo es una muestra clara de que el Gobierno sólamente piensa edulcorar un poco el destino planeado para el trabajador (la calle), en lugar de fomentar la creación de nuevos puestos de trabajo.

Si siguen con esa actitud, Cristina seguirá haciendo uso de su palabra y las consecuencias para Macri y su gabinete de CEOs pueden ser nefastas para su legitimidad política. Hoy, Cristina tiene más poder que Macri, muy a pesar de Lanata. Mauricio se preocupó demasiado por el marketing y los reflectores, y descuidó su sombra. Y a medida que se siga aproximando la noche, la sombra de Cristina seguirá creciendo.


autor:
Juan Manuel Alessandro
de su muro de facebook