martes, 27 de octubre de 2015

LUNA LLENA EN TAURO, DEL MES DE ESCORPIO

EL RENACIMIENTO A TRAVÉS DEL COMBATE
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Momento exacto de la Luna Llena
Martes 27 de octubre de 2015 a las 9:06  AM en Buenos Aires (12:06 GMT)
A 03:45 de Tauro



LOS MUNDOS INTERNOS, PERSONALES Y COLECTIVOS. 
ESCENAS DEL PRESENTE PORTADORAS DE APRENDIZAJES
Venimos de una elección nacional, realizada el domingo pasado 25 de octubre. La decisión definitiva será con ballotage dentro de cuatro semanas, todavía en Escorpio -hasta el mediodía del 22 de noviembre en que ya arranca Sagitario- y cercana a la siguiente Luna Llena (del eje Sagitario-Géminis). 

La lunación de hoy, 27 de octubre, cae sobre el Júpiter en Escorpio natal de la Argentina, en su casa uno. Simboliza el enorme desafío de extraer abundancia real y concreta desde lo más hondo del psiquismo colectivo, donde anidan los miedos que oscurecen el camino.  

Los resultados de la elección fueron sorpresivos y suscitaron expresiones polarizadas en "los dos países" de esta Argentina con ascendente en Libra que somos. El dolor abismal de algunas almas, escondido tras frases de odio incomprensibles, volvió a envenenar páginas y redes. No es sano enredarse en las emanaciones de tan triste enfermedad auto-inflingida. Por mi parte no contesto directamente algunos comentarios abusivos que cada tanto asoman por mi facebook. Tampoco los borro, por el contrario, los dejo como aleccionadores testimonios para mis reales amigos porque, aunque duela el espectáculo, necesitamos ver la magnitud de las heridas que produce la falta de comprensión e información. Necesitamos saber que el odio originado en el dolor -y éste en la ignorancia- anidan allí, tan cerca nuestro, porque Escorpio pide siempre animarnos a mirar la realidad cara a cara. No se trata de sentirnos a salvo de ese oscuro contagio.

Tampoco se trata de leer o interpretar las emociones -en el fondo siempre incognoscibles e intransferibles- proyectándolas sólo en esos "otros" de quienes en un nivel estamos tan lejanos pero que en otro nivel nos competen y tanto hablan de aspectos sombríos nuestros. Porque conviene recordar que nada de lo humano nos es totalmente ajeno.

Por suerte lo que abunda -por lo menos en mi entorno y mis redes- es otro tipo de comentarios y sobre todo otros sentimientos, cada vez más lúcidos, fuertes y comprensivos. Me produce una enorme confianza que tantas buenas personas -no hace falta que sean astrólogos, psicólogos ni habitues de círculos espirituales- vayan descubriendo las claves básicas para esta fase del Zodíaco. El odio sólo engendra odio y su cuna es la ignorancia y la desinformación. El amor no implica ceguera ni debilidad, sino fuerza para sumar y lucidez para sacudirnos las "babas del diablo" pegajosas que se nos pegan a lo largo del camino.

Habría muchísimas otras escenas, situaciones, sucesos, para ilustrar esta fase. Una vez que la simbolización mandálica se aposenta en nuestras vidas, "todo lo que ocurre significa", como dice la famosa frase. Asumamos estas escenas y situaciones como lo que son: meros espejos de una cualidad que nos pide, en estos momentos de luna llena del eje Tauro/Escorpio, entregar para alquimizar.

EL LEIT MOTIV DE ESCORPIO, INTEGRADO A TAURO
Sólo se nos pide saber que Escorpio trabaja así, en todos nosotros: instándonos a recorrer el camino más oscuro y doliente de lo emocional, para salir de él con brújulas renovadas. El buen diálogo con Tauro -a través de la Luna en este caso- también nos insta a permanecer el tiempo suficiente en esas zonas dolientes; no quedarnos de más, atados al hechizo de lo oscuro, ni escapar antes de tiempo de ese gran desafío. Nos pide también no camouflar esta parte del laberinto emocional con los colores de un río transparente o de un paisaje calmo y sereno. Cada fase con su leit motiv; el río de Escorpio es más parecido al Amazonas o al Nilo -o al mítico Estigia- antes que a un rumoroso arroyo de paisaje primaveral.

La Luna en Tauro puede acercarnos el contacto perdido... La naturaleza, lo vivo del planeta en nosotros, está pidiendo pista para liberar la energía que se acumuló como producto de la poderosa transformación ya realizada. Lo viejo, lo muerto de nuestras vidas, está pidiendo despedida y responso.

¿La Vida en la Tierra prevalecerá? Esta vez lo pongo como interrogación, porque es básicamente una expresión de deseos . Desearía que así fuera, pero no lo sabemos... Si no fuera así, para la Tierra daría casi igual: el proceso tendrá lugar sin nosotros, porque nuestra incidencia a esta altura se va revelando cada vez más relativa.

AMOR Y VITALIDAD, DESDE EL EJE TAURO/ESCORPIO
Me gustaría mucho transmitir cuán vital y confiada me pone intuir estas posibilidades. En ese sentido, bienvenidas sean todas las escenas necesarias, si sirven para sacudirnos y despertarnos.

No puedo leer las funciones de lo escorpiano/taurino sino como amorosas y a la vez ultra potentes cualidades, que vienen a traernos ayuda y no dolor porque sí... Renacimiento y no muerte de lo viejo como mero castigo de la vida. Vitalización y no pérdida injusta de lo que ya cumplió su ciclo, como incomprensibles hechos del destino.

Vienen a traernos el mensaje más profundo y mágico posible, a decirnos que somos parte activa y consciente de estos momentos de giro profundo -a todo o nada- que vive el planeta, esta Tierra que es nuestro nombre colectivo y dentro de ella nuestra región, nuestro país y nosotros mismos. Vienen a dejarnos conciencia del Viaje en el que hace rato estamos embarcados.



Escorpio viene a decirnos, junto a Tauro, que ambas son fases del mismo continuum... Vida-Muerte-Vida-Muerte. Así funciona el cosmos que habitamos, que somos y que estamos intentando comprender. Los polos se reencuentran para transferirse uno al otro la energía de la Vida: mientras un polo absorbe energía, el otro la entrega y muere. La que muere es la forma, el envase contenedor de la energía vital que hasta este momento la cobijó y le dio identidad. Así ocurre desde el gran estallido del Big Bang, así surgieron y siguen surgiendo más y más formas vivas: de la muerte de otras formas. El movimiento de la vida se encuentra con su opuesto. La muerte hace que los seres vivos entreguen su energía para que nazcan más seres. La Vida se revela aquí como una constante transferencia de energía, que aniquila formas para recuperar la energía que ha viajado en ellas.

Habitamos un presente de ineludible crisis para  la conciencia porque ésta –que se vive como forma separada- apela a su historia pasada. No asume, no quiere aceptar que ha llegado el punto crucial del retorno de su camino. Resiste entregar su energía y morir a su historia anterior. Es por ello que en la historia de lo humano los dos polos complementarios se tornan rivales y antagonistas y el combate entre ambos es la escena ineludible de esta fase escorpiana.

Pero la cualidad de Escorpio necesitará fusionarlos para que luego reaparezcan –renacidos- sintetizados en una realidad más amplia, para así volver a generar vida en un circuito posterior. Este movimiento oscuro del Dragón escorpiano, que sube y baja desde las máximas alturas a los máximos abismos, recién adquirirá su sentido profundo y liberador en la fase siguiente sagitariana. Antes de ello, la guerra será el movimiento inevitable de los dos polos en confrontación. La muerte de unas es la vida de las otras: ésta es la lógica de la fase escorpiana. 

ESCORPIO / TAURO SEGÚN LA TRADICIÓN ESOTÉRICA
En términos de la teosofía, la energía de Escorpio es una mezcla del Cuarto Rayo (Armonía a través del conflicto) y del Sexto Rayo (Devoción). Agregan estos textos esotéricos que la estrella Sirio, considerada “la estrella de la iniciación”, colabora también con la energía escorpiana.

Sea como fuere siempre se ha considerado a Escorpio -en su dimensión energética- la fase o época anual donde existe una gran oportunidad para la expansión de la conciencia.

Según las lecturas y la terminología de estas tradiciones, vivimos un momento histórico en el que la humanidad “está entrando en el sendero del discipulado y va a pasar las pruebas correspondientes que Escorpio le presente, porque este signo gobierna el Sendero del Discipulado”.

Todo ser humano consciente del trabajo con su sombra y que se aviene a las consecuencias de este camino, es en definitiva alguien que transita un “sendero del discipulado”. Si Escorpio es el momento en el cual los polos se encuentran cara a cara, se fusionan y transforman, es también fácil asociar esta fase escorpiana con la estación crucial de este sendero.

Siguiendo con estos mensajes, una de las tareas de estos “discípulos” que en definitiva todos seríamos, es establecer comunicación consciente con fuentes de energía cada vez mayores, a partir de los “rayos” de inteligencia, amor y poder que sintetiza el cosmos momento a momento.

Para dar cabida a esta potencia, es preciso superar los límites del ego, vencer los intereses personales y trabajar cada vez más a favor de la humanidad. Así, a medida que el hombre se descentraliza, entra en contacto más estrecho con estas energías universales. Como reflejo, estas energías sintetizadoras se van enfocando cada vez más en el crecimiento y maduración de los individuos y los grupos, a medida que éstos hacen su orientación más humanitaria.

LOS SÍMBOLOS DE ESCORPIO: LA SERPIENTE, EL ESCORPIÓN Y EL ÁGUILA
El símbolo de la serpiente representa a un ser humano atrapado en sus polarizaciones más extremas. Acá tenemos las guerras, el hambre, el dolor extremo de la humanidad.

El símbolo del escorpión simboliza a un ser humano que empieza a comprender su tironeo extremo pero que aún cae presa de los mandatos de su personalidad. Acá residen las confrontaciones con la lógica, el razonamiento, las pruebas y las comprobaciones. En este nivel, Escorpio no puede avanzar a menos que provoque sus propias crisis y luego surja de ellas “triunfalmente”.

El símbolo del águila simboliza a un ser humano que ha pasado por la lucha de sus opuestos y cuya conciencia puede trabajar con síntesis cada vez mayores de la energía. El aguila, la máxima expresión de Escorpio, es una gran armonizadora porque puede crear belleza desde los extremos más opuestos y, en ocasiones, esta creación es grandísima.


LAS NUEVE PRUEBAS DE LOS GUERREROS Y LAS GUERRERAS ESCORPIANXS
El lema mítico de Escorpio es un desafío y una meta: “Guerrero soy y de la batalla surjo triunfador”. Pero una cosa es el combate con el enemigo en quien proyectamos nuestra sombra (para no reconocerla como parte constitutiva nuestra) y otra muy distinta la “gran batalla en pos de la individuación”. Acá se revela el gran guerrero o guerrera escorpianos: en el triunfo sobre los aspectos oscuros del Sí Mismo/a.


Mientras en Escorpio nos mantengamos guerreando con el “afuera”, perderemos energía e incluso nos pondremos –y pondremos a los demás- en situaciones de extremo dolor y peligro. Pero si comprendemos qué significa convertirnos en “guerreros de la luz”, podremos algún día engrosar las filas de los que trabajan en pos de las grandes reformas por de la humanidad.

Las nueve pruebas escorpianas son las que siguen.
1) Resignificar el poder sexual, que en las fases de la serpiente y primeras fases del escorpión puede asumir el carácter de dominio y subordinación hacia el otro, o hacia partes internas de uno mismo. La reconversión de este poder sagrado, y su transformación en potencia vital irradiante, es propia de la fase del águila, que vuela precisamente animada por este poderoso imán cósmico “divino” (el de atracción de los opuestos).

2) Escorpio es el opuesto de Tauro, por lo que hay otra prueba que acosa a la fase de la serpiente y primeras fases del escorpión (o sea, cuando no se ha trabajado aún la polarización extrema) y es la de la comodidad física, a menudo derivada en inercia hacia los goces materiales. Pero en la fase del águila, sobre esta tendencia a la comodidad personal se opera también una poderosa transformación, irrumpiendo de la misma energía su opuesto: el deseo de procurar el goce del otro.

3) Otro factor ligado al eje con Tauro (en las fases polarizadas de la serpiente y primeras fases del escorpión) tiene que ver con el poder que emerge de la materia, básicamente el dinero y la acumulación de bienes. Pero en la fase del águila, el natural magnetismo de Escorpio se retira de la acumulación en pos del poder personal, aprendiendo a usar la materia y la forma como vehículos para la transformación de la energía.

4) En la etapa de la serpiente, Escorpio se revela en nosotros a través del miedo. Pero cuando el escorpión se aviene a su difícil tarea, y luego se transforma en águila, la luz de la mente y el coraje del corazón derrotan al miedo.

5) Otra prueba difícil es en Escorpio superar la barrera del odio, que por lo general es vivido no como animadversión personal sino como pedido de justicia ante los atropellos de alguien. El “odio justiciero” contra los explotadores y contra los que obstaculizan la evolución de los demás, se puede convertir fácilmente en violencia, si Escorpio no supera las fases de la serpiente y del escorpión. Pero cuando Escorpio se revela con la intrepidez del águila, no odia sino que ve las causas de lo que ocurre, e intenta luchar contra ellas y no contra los que han sucumbido ante esas causas. La meditación durante el mes de Escorpio puede hacer que nuestros corazones reemplacen el odio por la comprensión y la compasión.

6) Otra prueba difícil de superar es la ambición, o sea, el deseo de poder y de reconocimiento. En la fase de la serpiente es muy fácil que nuestra parte escorpiana interior nos derive hacia la tentación de dominio. Pero cuando el águila empieza a volar más alto, nos vamos transformando en personas más humildes, satisfechas con el trabajo que realizamos porque el júbilo que nos produce es tal, que no son necesarios el reconocimiento ni la compensación de los demás.Acá se hace comprensible la tarea del “servicio curativo” que entraña la fase más creativa de Escorpio así como la reconciliación con su opuesto taurino.

7) Otra prueba es el orgullo, que aparece como un obstáculo mental y (en la etapa de la serpiente y también en las iniciales del escorpión) como una modalidad de aristas muy violentas. Herir el orgullo de uno de nosotros cuando se encuentra en esta fase implica despertar sentimientos de desquite y venganza. Pero si hemos empezado a vibrar con el águila, el orgullo desaparece lentamente y los frutos luminosos y aliviantes de la humildad, empiezan a crecer en nuestro corazón.

8) Otra prueba es la separatividad y el sectarismo, que en las fases de la serpiente y en las fases iniciales del escorpión se enquistan sobre todo en los campos de la política y la religión. Pero a medida que crece y se desarrolla el águila, esta separatividad se va transformando en amor y síntesis porque un águila representa la lucha por la unidad de toda la humanidad. 

9) La novena prueba es la de la crueldad. En la fase de la serpiente, todos nosotros podemos ser físicamente muy crueles y en la fase del escorpión esta crueldad puede derivar hacia lo emocional o lo mental. Pero a medida que crecemos hacia la etapa del águila, podemos aprender a usar el poder que entraña la crueldad y transformarlo en intrepidez, espíritu de justicia, valor para la defensa de los débiles e inocentes y espíritu de sacrificio.

MARTE Y EL IMPULSO A LA RENOVACIÓN

Recordemos que Marte es, junto con Plutón, el regente exotérico de Escorpio. Pero Marte es también su regente esotérico, así como Mercurio es su regente esotérico-jerárquico.
Atravesar estas “nueve pruebas” (semejantes a las nueve cabezas de la Medusa que debió cortar Hércules) lleva a la victoria del guerrero escorpiano inspirado por el espíritu de Marte.
Según dicen las escrituras esotéricas, mientras pasa por estas nueve pruebas, el “discípulo” escorpiano entrará en su crisis más profunda (la de su transformación) en la cual deberá afrontar:
-nuevas decisiones.
-nuevas orientaciones
-nuevas acciones
Será sólo a través de esta renovación como se revelará su naturaleza más profunda.


HÉRCULES CORTANDO LAS NUEVE CABEZAS DE LA MEDUSA
Según se nos cuenta en la leyenda sobre Los Trabajos de Hércules, al principio el héroe procuró cortar una a una las letales cabezas de Medusa (también asociada con las cabezas de la Hidra) pero éstas crecían de nuevo una y otra vez. Entonces Hércules tuvo una idea brillante: hizo a un lado su garrote, se arrodilló, aferró al monstruo con sus manos, lo alzó y mantuvo sobre su cabeza hasta que su fuerza  menguó, y lentamente murió.



En este aforismo hay grandes propuestas:

1)    Un “discípulo” debería ser un guerrero intrépido.
2)    Debería poner toda su fe en sus propios recursos.
3)    Debería vencer el orgullo de su personalidad e inclinarse ante el misterio del Sí-Mismo.
4)    No debería dejar que crezcan “vicios” y maldades en su personalidad.
5)    Debería alzar a la Luz –de su ser interior- todos sus problemas personales.

O sea que, una vez que podemos ver nuestras miserias humanas a la Luz del Ser Profundo (que habita en nosotros), éstas dejarán de tener poder para afectarnos.

El lema mítico de Escorpio, ejemplificado por este octavo trabajo de Hércules, es un gran desafío: la distinción y operación activa sobre ambos polos. Sólo así se dará el triunfo sobre los aspectos oscuros del Sí Mismo y al mismo tiempo se dará el sano y necesario combate con lo que el mundo de afuera nos propone.

Guerrear solamente con el “afuera” nos hace perder energía y sobre todo nos transforma en vehículos -para nosotros y los demás- de dolor y peligro. Pero si le huimos a las responsabilidades del mundo y nos decimos "sólo se trata de mi combate interno", seríamos como Hércules ante la Medusa postrados para meditar e intentar vencerla sólo con los susurros armoniosos de nuestro interior. Hércules usó las dos cosas, se conectó con los dos polos de esta poderosa polaridad escorpiana. Se concentró álmica e internamente pero A LA VEZ hizo uso de su fuerza y de su inteligencia para doblegar al monstruo que asolaba el mundo externo.

El entrenamiento y la paciencia en la práctica del combate sagrado: ésa es la propuesta profunda y alquímica de esta lunación. Quizá si comprendemos qué significa convertirnos en “guerreros de la luz”, podremos algún día engrosar las filas de los que trabajan en pos de las grandes reformas de la humanidad, en nuestro país y en el planeta

DONDE LA RUEDA GIRA: ENCUENTRO CON EL GUARDIÁN DEL UMBRAL
Escorpio es el signo del “Hijo Pródigo que regresa a su Hogar”. Es el signo en el que se verifica el movimiento en sentido inverso de la Rueda Zodiacal. Por eso se lo llama “el signo de la muerte”, porque asesta el golpe mortal a todos los obstáculos que al hombre lo han mantenido cautivo durante su historia.

Según la tradición esotérica que en estos textos seguimos, el "sexto rayo” de la devoción, ligado a Marte, opera a través de la “voluntad de causar”, o sea, generando causas a través de las cuales se introducen los grandes cambios en la vida.

En Escorpio se escenifica, ya lo dijimos, la lucha entre nuestros opuestos internos o externos. Esta lucha continúa hasta que se enfrenta al poder combinado de todo el ejército “oscuro” de nuestra personalidad: a este poder se lo ha llamado “El Habitante del Umbral”. Es el poder de todos los impulsos y tendencias ciegos, de todos los hechizos e ilusiones con los que nos hemos identificado a través de los siglos, como humanidad.

Todo “discípulo”, todo caminante intrépido y sincero de su camino de individuación, deberá afrontar en un momento dado un gran bloqueo y ser detenido por este Guardián del Umbral. Pero a su debido momento, con la ayuda del trabajo honestamente acumulado, este Guardián (igual que la Medusa) será vencido.

Un hombre es su propia barrera y también su propio derecho de paso. Nadie sino él bloquea su propio sendero. La prueba final, en Escorpio, es comprender la naturaleza divina (“sagrada”) del deseo y cambiar así su arco, torciendo la corriente del deseo para que fluya de retorno al Hogar. Pero esto sólo será posible de realizar, cuando se entienda profundamente la naturaleza de la ilusión, o sea, cuando podamos correr el velo que separa nuestra conciencia del latido creativo de la Vida.
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INVOCACIÓN UNIVERSAL
Los hijos de los hombres son uno solo
y yo soy uno solo con ellos.
Busco amar, no odiar...
Busco servir, no exigir debido servicio...
Busco curar, no herir...
Que el dolor aporte debida recompensa de luz y amor
Que el alma controle a la forma externa,
y a la vida y a todos los acontecimientos
Y revele el amor
Que subyace en los sucesos del tiempo.
Que lleguen la visión y la intuición
Que se revele el futuro
Que aparezca la unión y desaparezcan las divisiones externas
Que prevalezca el amor
Que todos los hombres amen...
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Bendiciones para todxs
Olga Weyne- Buenos Aires (CABA), 27 de octubre de 2015


FUENTES:
“Sinfonía del Zodíaco”, de Torkom Saraydarian., Bs.As., Kier, 1986
“Los Trabajos de Hércules”, de Alice Bailey, Madrid, Luis Cárcamo ed.,1983"
"Astrología esotérica", de Alice Bailey, Buenos Aires, Fundación Lucis, 1995
"Tratado sobre Magia Blanca, o el camino del discípulo", de Alice Bailey, Buenos Aires, Fundación Lucis, 1985
“Astrología y Mandala: el Zodíaco como pulso e impregnación”, de Olga Weyne, Bs.As., Red LunaVenus, 2007.
"Meditaciones de Luna Llena", de Olga Weyne, Red LunaVenus, 2002-2008