lunes, 30 de abril de 2018

LUNA LLENA EN ESCORPIO, DEL MES DE TAURO

Momento exacto de la Luna Llena en Buenos Aires, Argentina: domingo 29 de abril 2018, a las 21:59 hs (0:59 AM del lunes 30  de abril, GMT).
A 9:39 de Escorpio


WESAK, EL FESTIVAL DE LA LUNA LLENA MÀS PODEROSA DEL AÑO
Sigo en este punto las creencias del hemisferio norte en relaciòn con la astrologìa, segùn la tradiciòn budista-teosòfica. No son las ùnicas creencias de la humanidad desde tiempos inmemoriales, desde luego, ni las ùnicas significaciones o lecturas del cielo. 

Opto por honrar esta tradiciòn en estas meditaciones de Luna Llena, en particular durante la del mes de Tauro, por los motivos que abajo vuelvo a reiterar.

Optar es arriesgar. Una de las cualidades sagradas del psiquismo humano, desde donde TODO es mirado, resignificado, transformado, creado.





ZODÍACO MAYOR Y MENOR, PLÉYADES Y OSA MAYOR
En los textos llamados esotéricamente de “La Sabiduría Antigua”, se dice que el espacio está poblado por grandes vidas que cíclicamente se tienden las manos unas a otras, transfiriendo energía desde las “fuentes superiores” hacia sus “hermanos menores” del espacio.
Nuestra Tierra es una entidad viva. Nuestro Sistema Solar es una entidad viva. El Zodíaco, en conjunto, es un grupo de grandes vidas que, un siglo tras otro, prestan gran servicio a una entidad que es el Zodíaco Mayor, como un loto de mil pétalos dentro del cual nuestro Zodíaco conocido es como un loto de doce pétalos.

Durante la Festividad de Wesak o Luna Llena de Tauro, se establece una relación única entre la Tierra, el Sistema Solar, el Zodíaco menor (el que nosotros conocemos y usamos) y el Zodíaco Mayor (el de las estrellas). Por eso, Tauro vincula al Zodíaco menor con el mayor, cuyos representantes son respectivamente la Osa Mayor y las Pléyades.



Siempre tenemos en los días cercanos a la lunación de Tauro una configuración única de planetas y galaxias (un triángulo formado por la Osa Mayor, las Pléyades y Tauro) pero hay oportunidades en que esta transmisión energética es mayor y más potente.

De acuerdo a la teoría esotérica de los Rayos, con estas energías tenemos presentes en esta época la vibración del séptimo rayo, la de Acuario y la de la estrella Sirio.



TAURO Y LA NATURALEZA DE LA VOLUNTAD
Esta época, por lo tanto, siempre fue considerada la más potente del año, porque en ella se ofrece la posibilidad de la “iniciación”. Luego, en la lunación del mes de Géminis, esta energía así acumulada en el alma de cada ser humano, se libera en todos los niveles de la humanidad posibilitando la creación de relaciones humanas integradas y sintonizadas con la totalidad.

El maestro Tibetano dice que “el secreto íntegro de la finalidad y el plan cósmicos está oculto en el signo de Tauro”. También nos recuerda que “hasta que la humanidad no haya captado la naturaleza de la voluntad, no se captará el significado verdadero de la influencia taurina”.

Al parecer, desde siempre la “influencia” taurina produjo en las naciones y los grupos -por un lado- una obstinación o voluntad de poder, característica de naturalezas poco maduras. Pero al mismo tiempo siempre facilitó una estimulación para servir al “plan cósmico”. O sea que Tauro puede tanto forjar los instrumentos para la vida constructiva como para la destrucción. Puede forjar las cadenas que atan o crear la llave que abre el misterio de la vida. Recordemos que uno de los regentes esotéricos de Tauro es Vulcano, entidad “planetaria” virtual, y es a quien le compete “la forja” de los procesos temporales.

También nos recuerda el Tibetano que Tauro es un signo sintético, en el sentido de que aporta expresión del impulso interior de alguna naturaleza definida sobre el plano físico. Esto lo hace porque su cualidad básica se expresa como deseo, en los hombres en general, y a veces se manifiesta incluso como porfiada adhesión a los fines de la personalidad. Pero también se expresa como voluntad o propósito dirigido y activado por el impulso del amor, en aquellos seres humanos que han comenzado un trabajo interior comprometido, y en los que ya se connota una adhesión a “la finalidad del alma” de lo humano.

Por todo esto, el efecto anual de la energía de Wesak es siempre fortísimo en las personas que están bastante (o muy) comprometidas con el trabajo de reunificación “adentro-afuera”.

Venus rige exotéricamente a Tauro: por eso esta energía también puede juntar hombre con hombre, grupos con grupos, y naciones con naciones. Y si bien la energía taurina puede crear conflicto entre materia y espíritu, a su tiempo permite revelar las causas del mismo y entonces lleva la armonía venusina a un plano más sintético.


WESAK ES, EN DEFINITIVA, EL "NUEVO DÌA" EN EL ALMANAQUE ESPIRITUAL, TAL COMO NOS LO FUE TRANSMITIDO EN LOS SIGLOS ANTERIORES.

La “iluminación” o expansión de la conciencia (o el conocimiento en el nivel causal)
En estos días de lunación taurina, todos los que trabajan en pro de la unidad de la humanidad, y quienes realmente se empeñan más allá de sus satisfacciones físicas para alcanzar y tocar este campo de energía, pueden grabar en su interior visiones, ideas y metas relativas a lo que damos en llamar “la Nueva Era”.



Una de estas ideas tiene que ver con la importancia de la meditación. Cada vez más, se hace vívido que los días de luna nueva y luna llena son días especiales dentro del mes, excepcionales para dedicarlos a una finalidad más amplia que las preocupaciones cotidianas. Dentro del año, las tres lunaciones iniciales del zodíaco también figuran en este calendario de excepción, y dentro de estas tres, la de Tauro o Wesak brilla de manera especial.

La conciencia en expansión es como el agua de un río, que se va abriendo paso desde los arroyos y afluentes hasta el cauce principal y de éste hasta la desembocadura en el océano. A medida que vamos abriendo dentro nuestro niveles cada vez más sintéticos, nos ponemos en contacto creciente con otros modos conscientes más vastos, que incluyen lo humano particular y lo integran en una unidad consciente aún mayor. Ese gran proceso unificador abre ante nuestros ojos el esplendor oceánico de nuestro Ser. Pero es obvio que si estamos enfocados en el nivel emocional, la expansión será vivida de manera diferente de cuando estamos enfocados en el nivel intuitivo.

El registro, la asimilación y la irradiación de estas energías dependen del estado de los centros de nuestro cuerpo etérico. Pero a medida que avanza el proceso de registro y asimilación de energías, construimos nuevas relaciones con los mundos físico, emocional y mental, y estas relaciones expanden nuestra conciencia. Si en estas tres primeras lunaciones del año efectuamos la preparación necesaria, expandiremos realmente nuestra conciencia (y tocaremos, aunque sea muy tenuemente, ese estado que los textos esotéricos denominan “iluminación”) porque veremos las cosas más claramente y en mejor relación, en estos tres niveles del esfuerzo humano.

De esta manera no sólo se expandirá nuestra conciencia sino también nuestro conocimiento, pero entendido como la experiencia directa del conocer, algo así como franquearnos al brillo del sol y de unificarnos con él, despertando a la vida real, a las auténticas funciones de la Gran Vida. El conocimiento del que se habla, en este sentido, no necesita del análisis, la comparación, la inducción o la deducción. Se trata de un conocimiento que habita el “mundo de las causas”, y por lo tanto no resulta afectado por el “mundo de los efectos”. Desde ese “plano causal” es posible ver lo que está ocurriendo en el plano de los efectos, pero sin ser afectados por éstos.

Cuando nuestro conocimiento se expande cada vez más, podemos percibir algo así como una “voluntad” o propósito, detrás de las causas. Y podemos ver también los efectos directos o deformados de estas causas. Cuando tomamos conocimiento de las energías, de la continuidad de la vida, de los estados como la alegría, la paz, el amor y la belleza, vemos que estaban allí todo el tiempo, pero que ahora despertamos y tomamos conocimiento de su existencia. Tomamos conocimiento del hecho de que pertenecen a nuestra “naturaleza mayor”, y que por lo tanto también integran nuestra propia naturaleza individual. Así, el conocimiento conduce a la realización.

Durante la Luna Llena de Wesak tenemos una gran oportunidad para limpiar los impulsos oscuros y ciegos dentro de nuestro cuerpo etérico, los hechizos o emociones negativas y las represiones de nuestro cuerpo astral-emocional y las ilusiones y enlodados pensamientos de nuestras mentes. Podemos así plantarnos en la luz de nuestro conocimiento espiritual.



En la época de la Luna Llena de Tauro se abre una ventana a través de la cual el hombre llega a un nivel altísimo de realización debido a una gran revelación que nace de su conocimiento. Si logra la alineación y la integración necesarias por un momento, el infinito se le franquea y le habla. Siente por un momento que él ES y que el cosmos ES. Que es parte del cosmos, que es uno con el cosmos. Entonces, desaparecen toda su desesperación y toda su separatividad, que son las causas de su aflicción.



LOS PASOS QUE CONDUCEN A ESTE CONOCIMIENTO

La ayuda del “Guía interior”
El ser humano puede salir de su estado consciente mental anterior y por primera vez sentir una síntesis tremenda, una tremenda sensación de unidad, una tremenda claridad de visión. Esta es una señal de que está entrando en el conocimiento del plano intuitivo (llamado “búddhico”) y la persona siente la poderosa energía de la expansión de conciencia. En el esoterismo, se dice que la luz del Ojo del Toro es la fuente del plano intuitivo o búddhico.

El amor es razón pura, “iluminación” y puro entendimiento. En realidad, la palabra “buddhi” significa entendimiento en el nivel causal y por eso al Buda se lo denomina el Señor de la Compasión y del entendimiento, o “el iluminado”.

La ayuda de la meditación y de la disciplina cotidiana
Si una persona se dedicó profundamente a purificarse, puede empezar a tocar un plano del conocimiento que se da en llamar “nirvánico o átmico” que, según el budismo, sería la meta de cada ser humano en este ciclo de evolución. Este es el plano de la compasión, de la paz y la serenidad profundas, de la “armonía divina”.

Obrar bien (disciplinar la lengua, el cuerpo, las emociones y la mente) o sea, “limpiar el karma”
Esto es algo equivalente a “pagar las deudas” para no quedar debiendo nada en los anteriores niveles. Recién entonces se concede la entrada al “plano monádico” donde se recibe la “sacudida divina” y el ser humano se entera de que es un “Yo-uno con el Cosmos”. Obviamente, son muy pocas las personas que llegan hasta este paso.

Se dice que en esta etapa todo lo que la persona abrigó durante siglos, todo aquello en lo que pasó su tiempo, energía y vida, desaparece, y entonces encuentra la libertad. Esta energía de desapego se atribuye a la estrella Sirio. En este momento, la persona es un Maestro.

Cómo participar de Wesak
No hace falta participar del ritual vivo en el Himalaya sino, por el contrario, advertir que los acontecimientos tienen siempre lugar en varios planos de la existencia. La festividad de Wesak es un gran trabajo de construcción de una línea de comunicación entre materia y espíritu o (según la mirada esotérica) entre los siete planos de la existencia.

Sí es un prerrequisito, para aprovechar la energía de este momento, practicar la continuidad de la conciencia. Esta se logra cuando el hombre puede construir el puente que conecta la brecha psicológica entre la mente separativa y la mente sintética. La mejor manera de construir esos puentes es a través de la meditación esotérica.
Los tres días previos a la lunación deberían ser de “vida depurada” y de contacto con la transformación. El mismo día de Wesak debería haber una orientación hacia la belleza, la bondad y la verdad, porque éste es el día mismo del contacto. A medida que las grandes energías del momento penetran en nuestro sistema, provocan algún grado de transfiguración, luego de lo cual podremos tomar grandes decisiones sobre cómo cambiar nuestra vida. Durante los tres días posteriores es necesario “bendecir a los demás”, irradiar amor y compasión a todos los seres vivos, a toda la humanidad, aceptándola como una gran fraternidad.

La estrella Sirio y la Libertad
Todo lo que sigue está expresado en términos esotéricos: se habla de esta estrella, Sirio, como de una “Gran Vida” relacionada estrechamente con nuestro sistema solar, con nuestro Logos solar y con nuestro pequeño planeta. La energía de esta Gran Vida, a la manera de un Gran Imán, penetra en nuestro sistema, en cada átomo, célula, forma... y va liberando progresivamente la “chispa” latente en ellos.



En la línea de esta tradición esotérica, se dice que esta liberación progresiva es la causa de la radioactividad, de la sensibilidad, del deseo, de la aspiración, de la decisión, del “plan”, de la finalidad del cosmos, de la buena voluntad y de la voluntad en pro del bien.

La energía de esta Gran Vida (del Gran Imán) se llama en nuestro idioma “el principio de la libertad”, o sea, la energía misma de la libertad. Citando de nuevo literalmente estas alegorías, se dice que Sirio “ese gran sol... es para nuestro Logos solar lo que la Mónada es para el hombre espiritual”. Esto significa esotéricamente que nuestro Logos Solar aspira, a través de toda su creación y de todos sus reinos, a la fuente misma de la Libertad y que ésta es la nota clave de nuestro sistema solar y la respuesta a todos nuestros problemas. Sólo florecemos si trabajamos conscientemente a favor de la libertad y la ganamos a través de la autodisciplina, venciendo al pequeño yo e introduciéndolo en la transfiguración.

La creación es un gran drama de contracción y expansión, de materialización y de espiritualización. El gran proceso de expansión desarrolla y libera al espíritu en la materia, en la forma, y crea todos los reinos, todas las relaciones, toda la belleza y la armonía, y revela la síntesis. La energía motivadora, el Impulso y el ímpetu de este gran movimiento hacia la espiritualización y la unidad, es energía de libertad.

La libertad está o yace debajo o detrás de todo progreso. Podemos percibir el significado de la libertad si observamos a un árbol o a una flor que florecen, o a un pájaro que rompe el cascarón... o en los ojos de un niño cuando da sus primeros pasos y pronuncia su primera palabra.

Podemos ver el accionar de este principio de la Libertad en la vida de las personas que están iniciando su trabajo de auto-indagación profunda, en el momento en que procuran liberarse de sus hechizos, celos, odios y miedos, de la esclavitud de su vida física y emocional, y empezar a vivir una vida de desarrollo progresivo.

Podemos verla también en los que ya hicieron un poco más de camino, procurando liberarse de sus arcaicas ilusiones y entrar en una vida de luz y de amor, de alegría. Intentando desarrollar una comprensión universal y un sentido de unidad, procurando ser libres con un sentido de responsabilidad.


Podemos ver el recorrido de esta libertad en las vidas de los (auténticos) “grandes hombres y mujeres”. Asimismo, podemos verla en la vida de cada nación según cómo esta nación pretende ser, cómo quiere individualizarse y ser independiente.

Gradualmente, esta energía de libertad rompe las arcaicas pautas de separatividad y agresividad, y lleva a que el hombre piense y se viva en términos de una sola humanidad, de un solo mundo. En el mundo esto también ocurre porque (pese al dolor terrible de la guerra y la violencia, y proporcional a él) crece el sentimiento colectivo de que hay un solo camino para terminar con este dolor y éste es la unidad de las naciones.

La alegría como celebración de la Libertad
Hubo una alegría humana general cuando se traspasó por primera vez el antes intraspasable círculo de la Tierra, y el hombre puso su pie en la Luna, dándonos un nuevo sentido de la proporción en el sistema solar. ¡Cuánto mayor será la alegría cuando se rompa el cascarón de nuestro sistema solar y el ser humano se interne en el cosmos, y equivalentemente en la conciencia de su alma, de su espíritu, de su esencia “de estrellas”!

Todas estas son posibilidades ciertas, porque el hombre es, en su verdadera naturaleza, “espacio comprimido”. La liberación de ese espacio tiene lugar muy rápidamente debido a la nueva luz, poder y amor que están ingresando al sistema.

La alegría es el sentimiento, la conciencia y el conocimiento de que estamos en el proceso de llegar a ser libres, y esta libertad se vive con un sentido de responsabilidad y de unidad. O sea, no se vive para cada uno en particular, sino para la totalidad. Y esto significa sacrificio.

La alegría es el conocimiento de esta expansión en crecimiento permanente. La alegría es la sustancia por la que el cántaro se construyó en nosotros a través del trabajo y de las lágrimas, de los pesares y del sacrificio. La humanidad logró construir ese cuenco, ese cántaro, a través de las manos de sus hijos más acabados y liberados. Es el Cántaro que se llena con la energía de Acuario y la alegría desciende en él a través de las bendiciones del Buda.

Si podemos destruir y barrer las seculares acumulaciones de nuestras supersticiones, prejuicios, hechizos e ilusiones, y la pesada nube de nuestra ignorancia, orgullo, codicia y vanidades, de esta manera liberaremos a la chispa que está prisionera en nosotros. Y a su tiempo, abriremos la gran visión en nuestros ojos que son esencialmente... ¡soles en permanente crecimiento cuyos rayos darán un día vida a un planeta, a un sistema solar!

Por eso, existe la alegría del infinito en el Valle de Wesak
durante la Luna Llena de Tauro...



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FUENTES:
“Sinfonía del Zodíaco”, de Torkom Saraydarian., Bs.As., Kier, 1986

“Los Trabajos de Hércules”, de Alice Bailey, Madrid, Luis Cárcamo ed.,1983A

"Astrología Esotérica (Tratado sobre los Siete Rayos- Tomo III) de Alice Bailey, Buenos Aires, Ed. Lucis, 1995.

"Introducción a la Astrología Esotérica", Seminario de Eugenio Carutti, Buenos Aires, Casa XI, 2001.

"Astrología y Mandala: el Zodíaco como pulso e impregnación”, Seminario de Olga Weyne, Bs.As., Red LunaVenus, 2007.

"Reflexiones para el ciclo de "Meditaciones de Luna Llena" de la Red LunaVenus – 2007/2008". Olga Weyne id, ibid (2001-2008).